martes, 12 de mayo de 2009

Por Francisco Cordero Berrocal

LA PRIMERA COMUNIÓN AYER Y HOY


Hoy mismo en la prensa de la provincia venía este artículo, “AQUELLA PRIMERA
COMUNIÓN”, y subtitulaba “De aquellos sencillos y modestos desayunos se ha pasado a opíparas y multitudinarias comidas. La celebración de este sacramento ha cambiado con el paso del tiempo. Y la indumentaria. Y los regalos”. Empezaba el artículo por el mes de Mayo, mes de las primeras comuniones, recordando las de los años antes de la década de los 70, del siglo XX, los padres se preocupaban, por supuesto del desayuno, de aquel chocolate en el hogar con los abuelos y los familiares directos, a mi parecer se vivía mejor el Sacramento que es el que tiene la mayor importancia ese día. Los trajes han tenido también una gran evolución, antes del Concilio
Vaticano II los trajes entiendo que los de las clases más pudientes eran también muy barrocos, los chicos se vestían de almirantes con charreteras y galones, de marineros o traje blanco o azul marino, y las niñas con trajes de princesitas o de novias. Algunas parecían, y eso también hoy, iba a casarse en vez de recibir la Primera Comunión. Llegado este punto el Papa Juan XXIII dijo que había mucho boato, en la época postconciliar las comuniones se hicieron muchos más austeras, las niñas se vestían de monjitas, mientras los niños se decantaban más por la indumentaria sencilla a veces, incluso de fraile. Es verdad que la situación económica era mala, pero estimo también que fue una época más religiosa, aparecieron grupos de personas comprometidas con la iglesia y con las enseñanzas de Jesús
Hoy, es una opinión personal y además entono el “mea culpa” puesto que también caí en su momento en la vorágine de la celebración y el boato del pasado, la situación es parecida a la época preconciliar, se le da mayor importancia a lo que realmente no lo tiene, cuando lo importante en ese día es sin lugar a dudas que el niño/a recibe por vez primera a Jesús formando parte de un modo mayor, en el cuerpo de la iglesia.
Tres años antes, nos sumergimos en la Catequesis, primero durante el primer año somos los padres los que acudimos a la misma y somos los encargados de enseñar a nuestros hijos los valores que Jesús y la Iglesia nos intenta trasmitir, los dos años siguientes son las catequistas las que se encargan conjuntamente con los sacerdotes, los que instruyen a los chavales. Y es aquí donde yo empiezo a preguntar ¿son los niños los que piden este tipo de celebración?, ¿no es quizás el aparentar lo que nos preocupa? ¿realmente la crisis hace que estas ceremonias sean menos intensas?. No lo sé sinceramente, pero si que creo, que de esta manera no se le da a la Comunión el valor real que tiene.
En estos días de la Pascua de Resurrección se celebran las Primeras Comuniones y los restaurantes su mes de Mayo, así como los pasteleros, los que alquilan castillos hinchables, los fotógrafos, etc.
Y yo no digo que haya que acabar de manera total con esto, nada más lejos de la realidad, se debe celebrar ese momento tan importante, se deben tener recuerdos de un momento tan importante que tiene que dejar huella en los niños, no solo en ese momento sino siempre, durante toda su vida, es un paso más en los muchos más que el niño tiene que dar en su vida de cristiano.
Ayudémosles todos a que ese camino sea el más importante de su vida.
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