lunes, 13 de febrero de 2012

Por Mons. Munilla

¿Se equivocó de puerta?


El mes de enero finalizaba con una de esas noticias que está a medio camino entre lo anecdótico, lo dramático y lo emotivo: Me refiero al hallazgo, por parte de un indigente, de un bebé abandonado dentro de una bolsa, en la Iglesia de los Padres Carmelitas de San Sebastián. Inmediatamente era detenida la madre de la criatura, una mujer inmigrante, quien declaró que se había visto obligada a abandonar a su hijo por falta de recursos.
Personalmente, me llamó la atención que aquella noticia corriese como la pólvora por la ciudad y el resto de la provincia; y por un momento tuve la sensación de que se hablaba de ella con la misma admiración y extrañeza como cuando salta la noticia en el barrio de un premiado por la lotería. Recuerdo haber escuchado en aquellos días a muchas personas exclamaciones de este tenor: “¡Ya me lo podían dar a mí!”.
Pues bien, no es mi intención ‘aguar la fiesta’, pero pienso que el hecho de que aquel suceso haya ‘pasado de largo’, sin una reflexión crítica sobre los valores contradictorios de nuestra cultura, es un síntoma más de la dictadura del relativismo que padecemos, que nos prohíbe salirnos de la ‘partitura’ de lo políticamente correcto.
A escasos metros de la puerta de esa Iglesia y en la misma acera, existe otra puerta muy distinta. Es la puerta de una clínica abortista, en cuyo escaparate se publicita el aborto, como si de una ortodoncia se tratase. Paradójicamente, si aquella joven madre hubiese elegido esta ‘otra puerta’, no habría sido noticia, ni habría sido detenida, ni tendría que afrontar ahora la previsible pena de dieciocho meses a tres años de cárcel, por abandono de un menor… ¿El mundo al revés?... ¡Lo cierto es que la vida ha triunfado sobre la muerte en este caso! Ese niño vive, y será acogido por unos padres que le amarán como a uno más de sus hijos.
¿Cómo es posible que tantos entre nosotros suspiren por conseguir una adopción en el extranjero, y al mismo tiempo sacrifiquemos la vida de miles y miles de inocentes? ¿No será que el materialismo y la secularización han reducido la vida a un mero objeto de deseo?
El episodio del niño abandonado a la puerta de una iglesia, nos ha traído a la memoria aquel pasaje bíblico que narra la disputa entre dos mujeres, y el grito que una de ellas dirigió al rey Salomón: “Por favor, mi señor, ¡que le entreguen el niño a esa mujer, pero que no lo maten!” (cf. 1 Reyes 3, 16-28). Mientras que la primera mujer estaba cegada por la lógica posesiva y destructiva, la verdadera madre priorizó la vida y el bien de su hijo por encima de todo.
El feminismo que reivindica el aborto como instrumento de emancipación de la mujer, vive de espaldas a la realidad. Lo cierto es que el aborto eleva exponencialmente las probabilidades de quebrantar la salud psíquica de las mujeres (cf. British Journal of Psychiatry, diciembre de 2008). Y por si hubiere alguna duda, el aborto se ha convertido en una criba selectiva del sexo; de forma que hay países como China, en los que nacen 119 niños por cada 100 niñas. ¡El aborto se ha traducido en un suicido demográfico, psicológico y moral de la mujer!
Por ello, y sin perder el tiempo en lamentaciones, en San Sebastián continúa trabajando un grupo “rescate” de niños con riesgo de ser abortados, bajo la coordinación de la Fundación “Red Madre” (Tfno. 902 188 988). Su método consiste en ofrecer alternativas: acompañamiento a las embarazas en riesgo, pisos de acogida, asistencia médica y jurídica, etc. He aquí los verdaderos y auténticos ‘progresistas’: los que luchan por la vida de los inocentes injustamente condenados, y por sus madres.
Pero el aborto no es un mal aislado, sino un signo de una sociedad enferma. Y ‘para muestra un botón’: Las clínicas abortistas no tienen problema alguno para publicitarse, mientras que son censurados unos anuncios publicitarios que ‘osan’ recordar a los padres el derecho que tienen a decidir sobre la educación religiosa de sus hijos. Uno no puede por menos de dar la razón a Chesterton: “Quitad lo sobrenatural y no encontraréis lo natural, sino lo antinatural”.
Finalmente, y en coherencia con nuestra apuesta por la vida, aprovecho esta ocasión para anunciar públicamente un acto oracional ‘por la paz y la reconciliación de nuestro pueblo’. Lo realizaremos simultáneamente las diócesis de Bilbao, Vitoria y San Sebastián; y en nuestro caso, se llevará a cabo en la Parroquia IESU, en Riberas de Loiola de San Sebastián, el sábado día 25 de febrero, a las 12:00 del mediodía. El lema elegido es significativo: “¡Busca la paz y corre tras ella!”-“Zorionekoak bakegileak!”.

sábado, 4 de febrero de 2012

Por Isabel Orellana Vilches

ENTRESIJOS DEL SUFRIMIENTO



En esta nueva Jornada del Enfermo para este año 2012, la Pastoral de la Salud ha elegido el lema «Tu fe te ha salvado. El poder curativo de la fe». Y eso nos ofrece otra oportunidad para reflexionar en ese colectivo que afronta las vicisitudes de una cotidianeidad marcada por el sufrimiento acaso sin fe, albergando la frialdad de la desesperanza ante un futuro que se le antoja incierto. En esta sociedad que vive momentos críticos con tantas familias que apenas tienen un bocado para llevarse a la boca, el enfermo ve agudizados sus temores por la incertidumbre en todos los frentes. Particularmente sensible en su fragilidad, detecta tanto la dificultad como el esfuerzo que se hace en su derredor para animarle, acompañarle y asistirle. Cualquier enfermo es reflejo de su propio entorno.

Las personas que acudían a escuchar a Jesús tuvieron en Él absoluto consuelo. Nosotros, en nuestra indigencia, hemos de materializar esta obra de misericordia que nos insta a consolar al que sufre como Él nos enseña. Jesús se apiadaba no sólo de los enfermos, sino de los que podían padecer alguna carencia puntual. En la primera multiplicación de los panes los discípulos constataron que quienes seguían al Maestro durante tantas horas sin comer, debían procurarse alimento. Pero, pensando con lógica humana, consideraron que la muchedumbre tenía que buscar las viandas en las poblaciones circundantes. Como es sabido, Jesús les dijo sin vacilar: «No hace falta que se vayan. Dadles vosotros de comer». Nuevamente el raciocinio, y con él seguramente el impacto por no saber cómo llevar a cabo tamaña misión, hizo que los discípulos de forma directa le mostraran los escasísimos panes y peces que poseían, como quién dice: «¿cómo es posible que alimentemos a miles de personas?». Esa pregunta sigue sorprendiéndonos hoy día: «¿Cómo paliar tanta deficiencia observada por doquier?». Este pasaje evangélico tan conocido por todos es, entre otras muchas cosas, una prueba del alcance que tiene la confianza, que de Dios hacia nosotros es ilimitada. Cuando en circunstancias que nos presenta la vida, antes incluso de actuar, pensamos en la inviabilidad de lo que podamos hacer, hemos de reconocer en ello un síntoma de nuestra falta de fe. Y resulta que gran parte del sufrimiento humano, no sólo del físico, está en la carencia de esta virtud teologal, que, como sabemos, era el único requisito que Cristo pedía para realizar un milagro. En los entresijos del sufrimiento se movía Él rescatando a todos de la angustia, aligerando la carga, aliviando las tensiones de la aflicción… Y a proseguir esa tarea nos sigue invitando para que cada enfermo o persona que lo requiera por estar inmersa en cualquier situación de sufrimiento halle el reposo que precisa en nuestros hombros. Desempolvemos, si estaban olvidadas, pautas de conducta elementales que se traducen fundamentalmente en diluir las tensiones con gestos sencillos que además son remedios infalibles que curan las heridas del corazón. Cada jornada reclama los suyos. Y en ellos la fe tiene todo que decir.

Hay ejemplos de personas que pertrechadas en la fe y con la mirada puesta en Cristo supieron afrontar ejemplarmente la misión que se les había confiado, viviendo con un espíritu de caridad, siendo profundamente humanitarias y, por ende, capaces de integrar las dificultades individuales y comunitarias atendiendo a todos los planos, físico, espiritual y humano. Santa Rafqa El Rayes canonizada por el beato Juan Pablo II el 10 de junio de 2001 tuvo una experiencia personal intensísima de dolor. Ella es una de esas mujeres que ofreció su vida a Cristo llevada de su anhelo de unirse a su Pasión redentora y Dios le tomó la palabra. Sabiendo bien lo que decía y evocando las palabras evangélicas, manifestaba «Fortificad vuestra fe. Sí tenéis fe no tendréis miedo a nada». La fe es activa. Estamos llamados a plantar cara a las dificultades de nuestro tiempo. Y como buenos samaritanos hemos de ser conscientes de lo que nos rodea, involucrarnos sin complejos, siendo cercanos y compasivos, dando lo mejor de nosotros mismos a la par que ponemos amor donde el resentimiento y la ausencia de perdón son tan corrosivos que destruyen la salud integral a la que tenemos derecho. El coraje, la fortaleza ante la adversidad, la capacidad de luchar hasta el final, el heroísmo, etc., que se sintetizan en una vida de esperanza a pesar de las circunstancias así como el afán de superación y gratitud por la vida son frutos de un fe sin fronteras. Al final de este camino sintetizando por Santa Teresa de Jesús, como «una mala noche en una mala posada» nos abrazaremos con Dios para siempre. La resurrección de Cristo garantiza nuestra resurrección y legitima la autenticidad de nuestra fe.

viernes, 3 de febrero de 2012

POR JUAN ANTONIO PAREDES

LAS REDES SOCIALES, LUGAR DE ENCUENTRO CON DIOS

Estoy convencido de que el Apóstol Pablo aprovecharía la gran oportunidad que nos ofrecen las redes sociales para llevar el Evangelio hasta los últimos rincones de la tierra. La diócesis de Málaga ha sido pionera en el uso de dichas redes. Y la Conferencia Episcopal reconoció su labor con la concesión del premio BRAVO a la Delegación encargada de los medios de comunicación social del Obispado. Vio en ella no una oficina de servicios, dirigida por un cura, sino un equipo eclesial compuesto por sacerdotes, diáconos, religiosos y seglares, personas creyentes, con una notable experiencia de Dios. En este equipo eclesial todos tenían posibilidad de aportar lo mejor de sí mismos para anunciar a Jesucristo. Este carácter participativo y corresponsable dio al equipo su carácter alegre y creativo. También el diario SUR reconoció su profesionalidad al conceder a la página WEB de de la diócesis uno de sus premios.
El camino comenzado ha incidido con fuerza en varias parroquias que actualmente presentan en sus páginas el comentario del evangelio del día y que han montado emisoras de radio y teles por internet para llegar no sólo a sus feligreses, sino a todos los que buscan una palabra de vida en las Redes. Un ejemplo notable es el de la parroquia de san Juan, de Coín, entre otras.
Largos años de experiencia en este campo me han llevado a convicción de que lo más solicitado y seguido son los breves espacios de oración, la lectura y comentario del evangelio de cada día, la vida de los santos y la voz del Papa y del Obispo diocesano, siempre que se den en pequeñas dosis, que no superen los dos minutos.
Desde aquí aliento a todos los feligreses de la parroquia que puedan aportar algunas horas de su tiempo a la semana y que estén versados en informática, a ponerse en contacto con esta parroquia. Contamos con mecenas y con espacios para instalar una radio y una televisión por internet. Así podremos hacer en la parroquia algo similar a lo que venía haciendo la Delegación diocesana desde hace ya varios años.